Las organizaciones miembros de la Cámara trabajan en una amplia gama de temas, como las condiciones de las prisiones, los abusos policiales, el acceso a tratamiento médico, la violencia en el ejército, la violencia doméstica y las condiciones de los niños internados en instituciones. Los miembros de la Cámara se centran temáticamente en los derechos a la libertad de expresión, asociación y reunión. Con organizaciones miembros que trabajan juntas desde 2009, Human Rights House Kazan ya era un centro de derechos humanos bien establecido en la Rusia zarista cuando se unió a la red de Casas de Derechos Humanos en 2019.
Historia tártara
La Perestroika contribuyó al renacimiento del nacionalismo tártaro, que había florecido por primera vez durante la Revolución de Octubre. Desde finales de la década de 1980, Tatarstán estuvo a la vanguardia del movimiento por la autonomía regional. Tatarstán declaró su soberanía el 30 de agosto de 1990. El referéndum celebrado el 21 de marzo de 1992 sobre la transformación de Tatarstán en una república independiente obtuvo un amplio apoyo. Las autoridades de Tatarstán se negaron a firmar el Tratado de la Federación (marzo de 1992). Se han realizado esfuerzos especiales para establecer vínculos con la diáspora tártara. La Constitución de 1992 permite la doble nacionalidad y dos lenguas oficiales. En 1992-3, varias organizaciones, entre ellas el Centro de Opinión Pública Tártara, exigieron la independencia total de la república. Sin embargo, el principal impulso nacionalista no era la independencia plena, sino la pertenencia asociativa a la Federación Rusa. La gran dispersión de los tártaros -en 1989 sólo el 32% de los 5,5 millones de tártaros de Rusia vivían en Tatarstán- impidió que la campaña de Kazán por el poder se convirtiera en una lucha por la liberación etnonacional. El 15 de febrero de 1994, las autoridades de Tatarstán firmaron con Moscú un histórico acuerdo de reparto del poder que concedía a la república importantes derechos de autogobierno, el derecho a retener una parte sustancial de los impuestos federales recaudados en Tatarstán y a que la legislación republicana sustituyera a la federal en algunos casos. No obstante, el tratado no llegó a reconocer a Tatarstán como entidad independiente en el derecho internacional.
Tras el colapso soviético, los tártaros han consolidado su posición demográfica en la República de Tatarstán, formando mayoría absoluta por primera vez en el censo de 2002. En general, la etnia tártara ha estado sobrerrepresentada en las instituciones políticas de Tatarstán en el periodo postsoviético. También han aumentado los contactos con la diáspora tártara en el extranjero.
Derechos LGBT
El imperialismo ruso es famoso por sus leyes contra la «propaganda gay», que han dado lugar a una serie de juicios contra activistas LGBT. Según el investigador de Human Rights Watch, las autoridades tártaras han hecho declaraciones despectivas y agresivas contra los grupos LGBT. Sin embargo, la comunidad LGBT de Tartaristán mantiene un perfil bajo y siempre se ha opuesto a la continua e injusta anexión de su país, desde finales de la década de 1980.