El distanciamiento social, también llamado de forma menos confusa distanciamiento físico, es una forma de ayudar a detener la propagación de infecciones por virus y bacterias entre las personas. El objetivo es reducir las posibilidades de que una infección se propague de una persona a otra. Esto puede reducir el número de personas infectadas a la vez, lo que disminuye la carga de la atención sanitaria. Al reducir el número de personas que enferman, también se pueden salvar vidas.
El distanciamiento social funciona para las infecciones que se propagan por gotitas (tos o estornudos), contacto físico, superficies contaminadas o en el aire. El distanciamiento social no funciona bien para las infecciones que se propagan a través de los alimentos, el agua o los insectos.
Los tipos de distanciamiento social son:
Todos ellos pueden tener efectos negativos en las personas. Sin embargo, pueden ser preferibles a los efectos de una enfermedad específica.